Algo adentro se rompe
No es una herida nueva. Pero esta vez ya no podés mirar para otro lado.
No se rompe para arruinar, sino para mostrar.
Para que no sigas pretendiendo que no sabés, que no sentís, que no te importa.
En esta antesala a la luna llena en Escorpio te cuento que esta no es una luna que se deja mirar.
Es una luna que te mira a vos.
Con todos tus miedos.
Con todas tus sombras.
Con todo lo que intentas mantener bajo control.
Escorpio no negocia con la superficie: te arrastra al fondo.
Por eso, antes de que se llene, algo duele.
Una sensación antigua, un vínculo que cruje, un deseo que se vuelve insoportable.
Puede doler el cuerpo, puede doler el pasado, puede doler la idea de soltar.
Pero es ahora o nunca.
Ahora o seguir cargando lo que ya pesa más de lo que vale.
En esta antesala, puede que quieras aislarte.
Puede que sientas que no encajas en ningún lugar, que nadie te entiende, que estás sola en un mar denso que no se puede explicar.
Y está bien.
No estás sola. Estás atravesando.
Estás tocando esa parte de vos que prefiere callarse para no incomodar.
Esa que aprendió a disimular el dolor con eficiencia, con tareas, con sonrisas funcionales.
Pero Escorpio viene a buscar eso mismo:
lo que escondiste.
lo que maquillaste.
lo que todavía no te animaste a decir en voz alta.
Esta luna es una luna sabia.
Una que te invita a despedirte.
De una versión tuya que ya no tiene sentido.
De un lazo que se sostenía en el miedo.
De una historia que ya no cuenta tu verdad.
Y mientras el sol brilla en Tauro, te recuerda que podés sostenerte.
Que incluso en el derrumbe hay raíz.
Que no se trata de resistir, sino de rendirse con conciencia.
De elegir qué muere para que algo más vivo, más real, más tuyo… pueda nacer.
Así que si estás sintiendo rareza, incomodidad, tristeza sin motivo aparente:
no estás rota. Estás despertando.
Y eso, aunque duela, también es vida.
Cin - ♡
✍🏼 Práctica de escritura somática – “Lo que se rompe, lo que se abre”
Aterrizaje corporal (2-3 minutos)
Cerrá los ojos o dejalos abiertos, lo que te de más seguridad. Llevá una mano al pecho y otra al vientre.
Respirá. Preguntate:
—¿Dónde siento hoy el quiebre?
—¿Dónde me está hablando el cuerpo y no lo estoy escuchando?Escritura libre (10-15 minutos)
Tomá una hoja y empezá a escribir sin detenerte.
Podés comenzar con alguna de estas frases:
– Hay algo en mí que se está rompiendo y no quiero detenerlo porque...
– Lo que más me cuesta soltar es...
– Esta herida no es nueva. Viene de...
– Si dejo que duela, ¿qué nace?
No corrijas. No te frenes. No mires con juicio.
Cierre suave
Leé en voz baja lo que escribiste.
¿Hay alguna frase que te queme? Subrayala.
Y luego escribí una sola línea que funcione como conjuro, como deseo, como promesa.
Ejemplo: Me estoy rompiendo para volver a mí.
¿Me contás luego si lo hiciste?